TOSSA DE MAR

Un pueblo entero por descubrir, Tossa de Mar, centro histórico y cultural de la Costa Brava Sur con un bellísimo casco antiguo medieval, la Vila Vella Tossa. Una de las ciudades más bellas de la Costa Brava.

Tossa de Mar, emplazada en un bellísimo marco natural, es con sus casi 6.000 habitantes en temporada baja una localidad más bien apacible y serena, mientras que en julio y agosto acoge un flujo constante de turistas. Pero no se alarme, a pesar de esta gran afluencia de visitantes estivales, la población es más tranquila que sus otras dos compañeras de la Costa Brava Sur, Blanes y Lloret de Mar. Quien busque una intensa oferta nocturna es mejor que olvide Tossa y se encamine hacia el paraíso de la fiesta y las discotecas, Lloret de Mar, a unos pocos kilómetros al sur.

El casco urbano de Tossa de Mar se conserva practicamente intacto y su aspecto está impregnado del aire medieval que le confieren sus murallas y torres de vigilancia del siglo XII, la Vila Vella Tossa. Al pasear por el interior del casco antiguo Vila Vella Tossa, se pueden admirar multitud de bellas casonas y descubrir enrevesadas callejuelas que destilan un espíritu medieval por doquier. Con todo, Tossa de Mar no es sólo un polo de atracción turística para visitantes de un día que recorren la Costa Brava y que no desean perderse la oportunidad de darse un paseo por unas callejuelas estrechas que rezuman historia por los cuatro costados, esta ciudad tiene mucho más que ofrecer: en el punto más alto de la Vila Vella Tossa y sus antiguas murallas, justo sobre una colina junto al mar, se alza el Far Tossa, desde donde se puede observar una magnífica vista de los acantilados y de la ciudad de Tossa de Mar. En el trayecto hacia dicho faro pasamos por las ruinas de la Esglesia Vella de Sant Vicenç, del siglo XV y construida en estilo gótico flamígero, que ocasionalmente ejerce como bello telón de fondo para algún concierto. Cerca del centro de Tossa de Mar, se halla el yacimiento de la Villa Romana dels Ametllers.

Desde finales del siglo XIX y pricipios del XX Tossa de Mar atrajo a numerosos artistas que encontraron aquí el marco perfecto para su trabajo. En esta localidad gerundense se instalaron artistas internacionales de la talla de Marc Chagall o André Masson, así como artistas catalanes como Rafael Benet o Pere Créixams. Por este motivo, durante la primera mitad de la década de los 30 del siglo XX, Tossa de Mar se convirtió en el centro de la vanguardia. Desgraciadamente, la Guerra Civil Española (1936-39) dio al traste con dicho desarrollo interrumpiéndolo de forma drástica y repentina.

El que busque pequeñas calas ocultas entre esbeltos y escarpados acantilados ha llegado al sitio adecuado. Si se accede a Tossa de Mar en coche a lo largo de la costa por la serpenteante carretera GI-682, de trazado sumamente complicado, se puede disfrutar de las sobrecogedoras vistas de los riscos y acantilados así como de multitud de calas situadas en un hermoso entorno natural: un bello ejemplo de lo expuesto son las calas de Cala Futadera y Cala Bona. Existen, además, otras bellas playas situadas al norte de Tossa de Mar, como la Cala Pola, o al sur, como la Playa Porto Pi y Cala Llorell. También los amantes del nudismo encontrarán su playa particular en Tossa de Mar.
La playa urbana de Tossa de Mar denominada Playa Gran es una extensa playa de arena totalmente equipada. No obstante, en el término municipal de Tossa de Mar también hay playas más pequeñas, como la Playa Mar Menuda, contigua a la playa principal Playa Gran, y la Cala Codolar, situada dentro de las murallas de la Vila Vella Tossa y abrigada contra los vientos.
La costa de Tossa de Mar también ofrece la posibilidad de practicar submarinismo. Las ofertas de este deporte se concentran básicamente en la playa de arena principal, conocida como Playa Gran, y en la Cala Llorell, ubicada en las afueras de Tossa de Mar.

En el casco antiguo de Tossa de Mar, la Vila Vella Tossa así como a lo largo del paseo marítimo de la Playa Gran y en las callejuelas adyacentes, podemos encontrar infinidad de acogedores restaurantes de alta calidad y que sirven tanto cocina moderna como tradicional. A pesar de que los precios son un poco más elevados que en otras ciudades de la Costa Brava, en Tossa de Mar se puede comer muy bien disfrutando al mismo tiempo de entornos privilegiados, como por ejemplo al abrigo de las murallas medievales de la Vila Vella Tossa o, al caer la noche, observar una bella panorámica de las murallas iluminadas de Tossa de Mar desde el paseo marítimo.
En los meses de abril y septiembre se celebran en la localidad una serie de eventos culinarios, con motivo de los cuales las cartas de los restaurantes se enriquecen más si cabe: durante esos días, los restaurantes y hoteles resucitan viejas recetas y platos tradicionales para hacer honor a estas celebraciones. Entre ellas están la famosa cazuela de pescado típica de Tossa de Mar, Cim i Tomba, ¡una degustación obligada para todos los amantes del pescado!