Reloj Roeland

La Torre del Belfort funcionaba como torre de vigilancia y estaba alegremente habitada por un puñado de vigilantes y gaiteros. En caso de incendio u otro peligro, estos hombres debían hacer sonar la campana de tormenta, en particular la Campana Roeland. Más tarde, los vigilantes fueron reemplazados uno a uno por versiones de piedra. Aún puedes ver cuatro de ellos en las esquinas del Belfort, a la altura del reloj. En el lenguaje popular, estas ilustres figuras eran llamadas 'gemeentenaarkes', porque eran el símbolo del antiguo Crédito Municipal. Sin embargo, un nombre más popular es 'los kannenschijters'. La razón de esto sería la siguiente: los incansables hombres que vigilaban debían subir unas 200 escaleras antes de estar en su puesto. Una vez allí, comenzaba la larga espera... Dado que los turnos que debían cumplir a veces duraban todo el día, podía suceder que uno o más hombres se encontraran lidiando con una vejiga llena. Dado que estaba en contra de la ética profesional abandonar su puesto y porque también era especialmente irresponsable bajar 200 escaleras con la vejiga llena, rápidamente hacían lo necesario para luego enfrentarse de nuevo a 200 escalones (para cuando volvían a su puesto, la mitad de la ciudad podría haber ardido), los vigilantes recibían al inicio de su jornada un jarro vacío para llevar arriba. Para cuando volvían a alcanzar la planta baja, el jarro a menudo ya no estaba tan vacío... De ahí el nombre 'los kannenschijters'.

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