Edificio:
El edificio de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona fue construido en 1883 por el arquitecto modernista Josep Domènech i Estapà y en 1887 la academia instaló su sede aquí. En 1893 se acabó la construcción de las dos torres, asociadas a las medidas astronómicas para determinar la hora oficial de Barcelona. Pero, el orígen de esta entidad se remonta a la segunda mitad de siglo XVIII: en 1764 se creó bajo el nombre de Conferencia Físico-Matemática Experimental y poco después, en 1770, pasó a denominarse Real Academia.
Historia natural:
En el contexto europeo, durante la segunda mitad del siglo XVII se creaon las primeras Academias y Sociedades científicas. En 1660 se fundó la Royal Society de Londres y en 1666 la Académie des Sciences de París. Las academias o sociedades científicas surgieron como asociaciones pensadas para el estudio y la comunicación de la ciencia. Esta forma de organización emergió ligada con un nuevo protagonismo de la experimentación. Se consideraba que el conocimiento científico estaría mejor promovido mediante la instauración de corporaciones bien estructuradas. Entre los objetos que se conservan hay el primer Daguerrotipo de España con el que se hizo la primera fotografía de la ciudad.
Durante el último cuarto de siglo XIX, las élites científicas se reunían en la Academia de Ciencies y Artes de Barcelona y daban a conocer los descubrimientos que hacían sus miembros, descubrimientos que se publicaban en el boletín de la Academia y que tenían un seguimiento en la prensa, en periódicos como La Vanguardia. Así, por ejemplo, uno de nuestros protagonistas -Jaume Almera- leyó en sesión pública el 29 de diciembre de 1879 la memoria “De Montjuich al Papiol a través de las épocas geológicas” o también podríamos haber conocido el descubrimiento que protagonizó el mismo Almera de ‘tres grandes animales antediluvianos’, a través de una nota publicada en el boletín, en 1899. Este naturalista fue Presidente de la Real Academia durante el bienio de 1906-1908, lo que sirve para mostrar cómo los naturalistas actuaban desde diferentes plataformas y se paseaban por distintos escenarios urbanos –cada uno con su registre (académico, amateur, profesional y popular). También fue presidente de la Acadèmia, en tres ocasiones (1872-1874, 1876-1878, i 1884-1886), Julián Casaña, el rector de la Universidad implicado en el caso de de Buen.
Enlaces:
Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona: www.racab.es
Nieto-Galán,A. i Roca Rosell, A. La Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona als siglos XVIII i XIX : Historia, ciència i societat. Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona : Institut d'Estudis Catalans. Barcelona: 2000. 384 p.