Plaza de la Magdalena - Sevilla

Se trata de un nombre antiguo, probablemente de la época en que se construyó la primitiva iglesia de La Magdalena (s. XIII-XIV).

A lo largo de su historia, la plaza ha cambiado de nombre siete veces.

En la segunda mitad del siglo XV se llamó Plaza de la Iglesia . En 1866 recibió el nombre de Plaza del Pacífico por la campaña realizada por la escuadra española en esas aguas. De 1928 a 1931 fue Plaza del Cristo del Calvario , imagen venerada en la cercana Iglesia de La Magdalena, y pasó a llamarse Plaza del Pacífico. En 1936 pasó a denominarse Plaza del General Franco, retomando en 1980 el nombre actual que había quedado grabado en el habla popular.

Ya en el plano de Olavide (siglo XVIII) se aprecia la existencia de una iglesia y donde se instaló una fuente que se alimentaba con agua de los Caños de Carmona. Bajo el gobierno de José Bonaparte, se decidió aprovechar esta configuración para crear una plaza pública moderna derribando la iglesia.

El edificio de la esquina con la calle San Pablo que se construyó en 1938 es uno de los primeros ejemplos del racionalismo sevillano , conocido coloquialmente en aquella época como "cabo persianas".

El paisaje actual de la plaza, alrededor de la fuente, es bastante sencillo y sugeriría que se trata más de una plaza arbolada que de una plaza ajardinada. Un par de bancos modernos de hierro fundido distribuidos simétricamente completan la sencilla composición de esta plaza, que limita al norte con la plaza dedicada a Josefa Reina Puerto.

Destaca especialmente la fuente central de mármol blanco , construida con piezas de fuentes antiguas . De base poligonal, en el centro se sitúa un fuste de dos cuerpos escalonados en forma octogonal decreciente, sobre el que podemos observar la fecha de construcción (1844), coronas reales y el NO&DO entre coronas de laurel. El fuste cilíndrico, decorado con figuras mitológicas provenientes del agua, sostiene una copa de cuatro caños sobre la que se alza la figura de una mujer, identificada por algunos con la musa Calíope.

willem vandenameele