El Viejo Molino, con vistas al paisaje

Aunque hoy en día el Viejo Molino es solo una ruina, este molino de torre se considera especialmente interesante porque el robusto cuerpo cilíndrico del molino hecho de arenisca de hierro local y ladrillo, con una base de piedra blanca de Gobertange, es una aparición rara de un pasado lejano y prolongado. En 1428 encontramos la primera mención de un molino de grano en este lugar, un montículo testigo que destaca por encima del entorno. Era propiedad del señor de Rivieren de la cercana Gelrode. Probablemente se trataba de un molino de madera que fue destruido durante las campañas bélicas a finales del siglo XV. A principios del siglo XVI fue reemplazado por el molino de piedra actual, coronado con un techo con aspas, que originalmente se giraba hacia el viento desde adentro (molinero interno). Hasta donde sabemos, este es el primer molino de piedra en Flandes que se menciona tan temprano, es decir, en 1597.
El molino no era un molino de ban, en cuyo caso los habitantes locales estarían obligados a moler su grano aquí. Que el molino era económicamente importante se demuestra por el hecho de que desde cuatro direcciones conducen caminos al molino. Son llamantes los arcos opuestos en la parte inferior para permitir que los carros que debían ser cargados o descargados pasen por el molino.
La casa del molino probablemente estaba situada a los pies de la colina. El molinero Jacob Pelgrims hizo construir en 1750 una hermosa casa larga que hoy se conoce como la ‘Casa Scharpé’.
El 12 de septiembre de 1914, el molino fue incendiado por las tropas belgas y no volvería a ser restaurado.
El molino ha sido propiedad de Natuurpunt desde principios de la década de 1990 y durante décadas se ha intentado salvar el molino de un mayor deterioro. En 2019, el gobierno flamenco asignó fondos para consolidar el molino y convertirlo en una plataforma de observación. La ceremonia de inauguración tuvo lugar en octubre de 2022.

Jan Rymenams