Iglesia San Bartolomeo - Pistoia - Toscana

La Abadía de San Bartolomeo in Pantano recibió este nombre por el lugar pantanoso donde se construyó. Fue fundada entre 726 y 764 por el médico lombardo Gaidoaldo. En las inmediaciones había un antiguo monasterio de San Silvestre, también gobernado por monjes columbanos, un título que luego se unió al de San Bartolomé.

Alrededor del siglo IX, los monjes aceptaron la regla de San Benito, pasaron a depender de la Abadía de San Juan Evangelista en Parma, y los Marqueses de Tuscia la tomaron bajo su protección directa.

En 1433 asumieron el cargo los canónigos de Letrán de la orden de San Agustín, conocidos como Rocchettini. A ellos debemos la introducción de la costumbre de realizar una unción en la frente de los niños en la fiesta del santo del título, 24 de agosto, para salvarlos de las asechanzas de los espíritus. En tiempos más recientes se ha añadido a la devoción popular una unción contra las enfermedades, especialmente de la garganta, que aún hoy se practica; en esta ocasión se venden dulces especiales llamados "coronitas" en forma de collar con pequeños granos de masa y un gran medallón en el centro, y es una de las festividades más entrañables de la ciudad.

La iglesia actual muestra las formas deseadas por el prior Buono en 1159, respetando los rasgos típicos de la arquitectura románica de Pistoia, especialmente en la fachada, decorada con cinco arcos sostenidos por esbeltas columnas y bordeado por bandas de mármol bicromático; el patrón de dos tonos se repite en varios lugares de la fachada y recuerda a otros edificios similares en Pistoia. Destacan también en la fachada esculturas de época románica, como los leones de las esquinas y que sostienen el arco central, y un arquitrabe atribuido a Gruamonte, que representa el episodio de Jesús dando los mandamientos a los Apóstoles o la Incredulidad de Tomás y sobre el que se menciona la fecha de 1167 y el nombre del cliente, un tal Rodolfino. El pintor toscano del siglo XVIII Giovanni Camillo Ciabilli pintó un panel que representaba santos vallombrosianos.

El interior ha sufrido numerosos añadidos y reformas a lo largo de los siglos, que fueron eliminados en una gran restauración entre 1951 y 1961: en esa ocasión se restauró un suelo de pesto de coccio, se restauraron los muros de sillar de piedra y se reabrieron las ventanas únicas. Se han encontrado vestigios de las pinturas antiguas: en la cúpula absidal, sobre fondo azul, hay un Cristo en Majestad entre santos y ángeles, pintado a finales del siglo XIII y atribuido a Manfredino di Alberto. La restauración también involucró el parapeto del púlpito, que fue tallado por Guido da Como a mediados del siglo XIII, y los paneles de otro maestro que ahora cuelgan de la pared. El crucifijo de madera del altar mayor es obra de un escultor cercano al estilo de Giovanni Pisano. El órgano, construido en 1844 por Filippo Tronci de Pistoia, fue restaurado en 1974 por la firma Tamburini de Crema.

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