Challes: casas pintorescas, una bomba y un cisne desaparecido

Challes es un pequeño municipio de Stavelot y que ya formaba parte de la ciudad antes de las fusiones de 1977. Se encuentra a una altitud de aproximadamente 280-300 metros, no muy lejos de la confluencia de Amblève y Eau Rouge.

No muy lejos de esa confluencia vemos lo que alguna vez fue una hermosa mansión blanca. El núcleo del municipio consiste en algunas pequeñas casas agrupadas con una arquitectura rural típica del pasado. Los edificios están construidos en piedra de desecho o de entramado. El techo está cubierto con cherbins, grandes losas de pizarra con contornos parcialmente redondeados. La pizarra, por cierto, es un material típico de la región.

Tómate tu tiempo para admirar el entramado. Un término técnico francés para el entramado es pan-de-bois o colombages. La forma en que las vigas de madera se unen en la superficie del muro puede adoptar diferentes formas, como una parrilla paralela elevada, cruces de San Andrés o, como es el caso aquí, una rejilla rectangular. Las superficies entre las vigas de madera pueden rellenarse con ladrillo, yeso o una obra trenzada de ramas y arcilla. En ese caso, la pared a menudo se recubre con una capa de cal blanca. También observa los blochets. Son pequeños trozos de entramado que se colocan en un ángulo entre dos vigas horizontales y tienen la función de soportes.

Delante de la casa en la bifurcación del camino hay una pequeña bomba de hierro fundido de un modelo que aún se puede descubrir en toda la ciudad de Stavelot y sus alrededores. Estas bombas datan de finales del siglo XIX, después de un período de epidemias de cólera, cuando los gobiernos locales siguieron la ciencia y instalaron agua potable en todas partes. Existían suficientes fuentes de agua potable en la región. Hasta hoy, la bomba proporciona agua fresca, aunque a través de un grifo moderno. La antigua pila de cal que generalmente acompaña a una bomba de este tipo, donde se lavaba, ha desaparecido. Cerca se encuentra una típica cruz de madera de los Ardenes. El techado de dos tablones inclinados y una sólida espalda protege al Cristo de hierro fundido de las inclemencias del tiempo. ¿Quizás veas un solitario cisne en los prados? Hace unos años desapareció su pareja Sylvie. Un llamado no tuvo resultado.

El sitio fue catalogado como monumento en 1981. Que los habitantes están orgullosos de su lugar se nota en la estela, un bloque de roca en cuarcita, sobre la que se exhibe un dibujo enmarcado del municipio. Desde aquí, es un hermoso paseo a lo largo de la Amblève.

Jan Rymenams