LA CARRIÈRE BARROIS

En la Carrière Barrois de Freyming-Merlebach, los acantilados, a veces rosados y a veces amarillos, forman un paisaje de cañones. El mirador de 80 metros de altura revela los estanques que hace tiempo sustituyeron a las máquinas. De hecho, la piedra arenisca se trituraba para convertirla en arena para el relleno de las explotaciones mineras. Formada por el hombre, reclamada por la madre naturaleza, la cantera tiene una nueva cara. Es tanto un refugio para el pelobato pardo, el sapo verde, el búho real y los murciélagos, que anidan en los acantilados, como un patio de recreo para mamíferos, peces e insectos, especialmente las delicadas libélulas. Las flores silvestres florecen como gotas de color en medio de las vastas extensiones de color verde esmeralda.
Los peatones y los ciclistas son bienvenidos en varias rutas de senderismo con varios puntos de acceso y aparcamientos. Está prohibido el acceso a cualquier vehículo con motor de combustión, pero se permite el acceso a las bicicletas eléctricas. La natación está prohibida tanto para los humanos como para los animales con el fin de preservar el frágil ecosistema.

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