Basílica de Saint-Urbain - Troyes

En 1964 la iglesia fue consagrada como basílica y es una pura joya del arte gótico.

Pocas ciudades de Francia pueden jactarse de haber dado un papa a la cristiandad. La región de Champaña es la excepción, con dos papas: Urbano II, nacido en 1042 en Châtillon (Marne), y Urbano IV , nacido en 1185 en Troyes en una casa que desapareció para dejar paso a la iglesia de Saint-Urbain. El futuro Urbano IV se llamaba Jacques Pantaléon. Hijo de un zapatero troyano, estudió brevemente en la escuela catedralicia y luego se fue a estudiar teología a la Sorbona (París) hacia 1200. En 1261, antes de ser nombrado cardenal, fue elegido papa y tomó el nombre de Urbano IV. Sin embargo, nunca se estableció en Roma: murió y fue enterrado en 1264 en la catedral de Saint-Laurent en Perugia, aunque había expresado el deseo de ser enterrado en Troyes en su querida iglesia.

El papa Urbano IV nunca olvidó su ciudad natal: en 1261 decidió construir una magnífica colegiata en el lugar donde se encontraba el antiguo taller de su padre. Encargó la construcción al arquitecto Jean Langlois y le envió una fabulosa suma de dinero. Las obras comenzaron inmediatamente, a pesar de la feroz oposición de las monjas de la abadía de Notre-Dame-aux-Nonnains, que no estaban contentas con la construcción de una nueva iglesia en su jurisdicción. La colegiata de Saint-Urbain no fue consagrada hasta 1389, todavía inacabada, y la parte superior de la nave no fue terminada hasta finales del siglo XIX por el arquitecto Selmersheim, respetando el plan original.

Saint-Urbain es una obra maestra del arte gótico por sus bellas proporciones, sus encajes de piedra y sus inmensas vidrieras y es conocido como " el Partenón de Champaña". El gran pórtico , que ocupa toda la parte occidental del edificio, se terminó en 1905, pero el tímpano, con un magnífico Juicio Final , data del siglo XIII.

Al entrar en la iglesia, sorprende la elegancia, la sobriedad y la luminosidad del lugar. El crucero y el coro, sorprendentemente luminosos, conservan sus hermosas vidrieras originales, que datan de alrededor de 1270 y fueron restauradas en 1992 por los talleres Le Vitrail de Troyes. También son admirables las esculturas, en particular la famosa Virgen de las Uvas , en la capilla de la nave sur, cuya delicadeza y contemplación son típicas de la escuela troyana del siglo XVI.

En 1935 los restos de Urbano IV fueron trasladados a la iglesia, a la que se le otorgó el título de basílica en 1964.

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