Senderos mágicos - Senderismo en valles y hondonadas alrededor de Hohnstein

Oh, ahora hemos irrumpido en la reunión de los espíritus del bosque. Es fácil imaginar que hasta hace poco había enanos, elfos, hadas, ninfas y trolls, donde ahora se alzan innumerables pequeños torreones de piedra en los agujeros de rocas y sobre bloques de piedra. Probablemente están aguardando en su camuflaje hasta que nosotros, los intrusos, finalmente pasemos. El lugar y el tiempo son, de hecho, ideales para un encuentro de esas criaturas tímidas. La cueva Gautsch, no lejos de Hohnstein, es ahora, en una temprana mañana de julio, un lugar mágico. Y lo tenemos completamente para nosotros.

Paredes rocosas de aproximadamente 20 metros de altura forman un anfiteatro natural, un sorprendente clímax dramático al final de un sendero cubierto de vegetación. La impresionante formación ante la cual nos sentimos diminutos impone respeto y voces suavizadas. Solo el goteo del pequeño arroyo, que tras las lluvias se convierte en una vertiginosa cascada y en algunos inviernos se congela en una monumental columna de hielo, da vida al silencio.

La soledad es la recompensa por el temprano comienzo. Pronto, la magia de la noche, cuyos últimos vestigios aún flotan como niebla matutina entre los árboles, se habrá desvanecido por completo. Y el reino de los cuentos se habrá transformado de nuevo en el Parque Nacional de Suiza Sajona, que se abre a los amantes de la naturaleza, del bosque, a los senderistas y paseantes. La búsqueda de la romanticismo, de lo bello y lo espeluznante, nos ha traído aquí. Y parece que hemos encontrado ambas cosas de inmediato. Desde la ciudadela del castillo, nuestra caminata nos llevará al valle de Polenz y luego hasta la meseta rocosa Brand, el "Balcón de la Suiza Sajona". Hemos hecho una pequeña desviación hacia la cueva Gautsch.

Los valles y desfiladeros de la región de roca arenisca de Elba forman la antítesis de las espectaculares formaciones rocosas, de las montañas de mesa, conos de basalto y puntos de vista. Bastei, Königstein, Lilienstein, Pfaffenstein y Schrammsteine son motivos de calendario famosos y destinos de excursiones populares. En comparación, los valles llevan una vida en la sombra. Esto se debe a que sus verdaderos encantos son difíciles o incluso imposibles de capturar en imágenes. Las montañas exhiben su notable estética también en fotos y pinturas. En cambio, los valles impresionan sobre todo por la diversidad de estímulos sensoriales que solo se pueden experimentar in situ: la frescura del aire, el aroma del bosque, el murmullo de los arroyos.

Caminar por los valles es algo para conocedores – y en casi todas las épocas del año un placer. Los caminantes atentos descubren que cada valle, cada desfiladero y cada cañón tiene su propia firma, un carácter inconfundible.

También nosotros lo experimentamos en nuestra excursión. El Schindergraben, que conecta Hohnstein con el valle de Polenz, se presenta áspero, salvaje y hermoso. Varios puentes pequeños cruzan el arroyo de agua cristalina. En paneles informativos a lo largo del camino, se menciona entre otras cosas que la flora del suelo es más rica en especies que en otras partes de la roca arenisca y que aquí crecen especies raras de helechos, así como particularmente muchos musgos y líquenes. Probablemente eso es lo que hace que el aire aquí sea tan indescriptiblemente fragante.

Desde Schindergraben accedemos al valle de Polenz. Es casi como si uno girara de un sendero de jungla a un paseo peatonal. El camino que antes era sombrío y accidentado, ahora es soleado, amplio, llano y apto para familias. Las impresionantes paredes rocosas están aquí lejos unas de otras. El olor terroso inicial pronto se transforma en el aire boscoso suave y leñoso. El Polenz ha creado un valle pintoresco y un lecho ancho y plano. El arroyo brilla hoy pacíficamente y acogedoramente bajo el sol de la mañana. Fascinantes son las empinadas laderas rocosas densamente cubiertas de verde en el lado noreste. Musgos sanos, helechos, gramíneas, arbustos y árboles son abundantemente nutridos por el agua que cae suavemente y constantemente. Desde 1940, este hermoso valle está protegido. Las aves de agua, los acentores de montaña y de río, los murciélagos y las mariposas se sienten a gusto aquí. Las praderas de las campanillas en la parte norte del valle de Polenz han alcanzado notoriedad regional. Forman uno de los mayores núcleos silvestres de esta especie de flores en todo Sajonia. Su floración entre principios de marzo y principios de abril atrae anualmente a curiosos de cerca y de lejos a la región.

Poco después del histórico molino de Waltersdorf con su acogedor jardín de cerveza, cruzamos el arroyo y pronto abandonamos el valle en dirección a Brand. El camino nos lleva a través del Schulzengrund. Subimos de manera continua pero llevadera. Después de todo, hay casi 180 metros de desnivel entre el Polenz y la meseta rocosa. Cuando paramos brevemente después de unos 15 minutos, de repente nos damos cuenta de lo indescriptiblemente silencioso que se ha vuelto nuestro entorno. En algún lugar, a gran distancia, un mirlo da la alarma, las hojas susurran suavemente, algunos insectos zumban. Aparte de eso, absoluto silencio.

Para los urbanitas, esto es una sensación. Nos enamoramos espontáneamente de este rincón insignificante de la roca arenisca del Elba. Y se nos revela la idea del Parque Nacional en toda su maravillosa profundidad. Aquí, en su zona central, experimentamos el Parque Nacional no solo como un refugio para especies amenazadas, sino también como un oasis para sensaciones amenazadas. Donde el ruido del progreso se apaga, podemos volver a escuchar los suaves matices de lo esencial.

Contentos y satisfechos finalmente llegamos a Brand, donde ya se están posicionando los primeros excursionistas para el almuerzo. Aquí se ofrece una vista espectacular sobre el valle de Polenz, que disfrutamos brevemente antes de iniciar el camino de regreso a Hohnstein. Ahora no queremos bullicio. Preferimos dejar que la experiencia de la naturaleza resuene un poco más. El último tramo de la caminata circular es un camino forestal ancho y pavimentado sin pendientes significativas. En el aparcamiento y parada de autobús Eiche, el círculo se cierra nuevamente para nosotros.

Unos días más tarde, nos enteramos de que hay personas que creen firmemente que en la roca arenisca del Elba hay numerosos llamados "lugares de poder", lugares donde se concentra la "energía de la Tierra" y donde la percepción de la naturaleza se supone que es especialmente intensa. Si eso es cierto, entonces durante nuestra caminata hemos descubierto algunos de ellos.